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Diferencias entre Economía Social de Mercado y economía Neoliberal.

La Economía Social de Mercado nace de la convicción pragmática que la mayoría de las actividades humanas pueden ser organizadas como empresas, es decir, con todas las formalidades necesarias para funcionar administrativamente, con representantes legales, con normas generales de funcionamiento, con estatutos propios, con capital propio y con autonomía en su conducción. Los nuevos empresarios compiten en un escenario que conoce las debilidades de los sistemas completamente desregulados, por lo que es necesario que el aparato estatal provea algunos mecanismos dedicados a mantener los equilibrios y la sana competencia. Es indispensable contar con mecanismos antimonopolios, antidumping y contra otras malas prácticas. También es necesario que el estado provea un escenario de estabilidad y que las normas sean claras y de largo plazo. 

La economía neoliberal o neoliberalismo es una denominación acuñada en la izquierda estatista para desacreditar los logros de la Economía Social de Mercado y crear una gran cantidad de desinformación. Por eso es que cuesta entender que casi todas las economías exitosas del mundo occidental sean agrupadas por el comunismo como “neoliberales” a pesar de sus muchas diferencias. Ha habido intentos de establecer una secuencia histórica en el desarrollo de una supuesta doctrina neoliberal, pero no pasa de ser una recopilación de coincidencias semánticas.

El neoliberalismo como concepto nació en realidad en la izquierda, asociado al fracaso de los gobiernos comunistas para generar riqueza.

La doctrina de tratar de conseguir la igualdad a toda costa como condición para lograr la felicidad humana probó ser falsa, consiguió extender la pobreza en todos los regímenes totalitarios de izquierda y no condujo a la prometida felicidad, tanto así, que los regímenes que comunistas se mantienen gracias a diversas formas de opresión.

En el primer tercio del siglo XX, ideólogos comunistas consternado por la pobreza que estaban logrando, se plantearon a si mismos cómo podrían mantener sus posiciones doctrinarias y lograr mejores estándares de vida para su población, cayendo en la cuenta que no se lograban con las economías planificadas desde el gobierno central porque la carga administrativa era muy alta, la productividad muy baja y requería de muchos recursos para mantener la burocracia. Sin embargo, este atisbo a la realidad nunca logró penetrar en la mente ideológica y es una incógnita el hecho observado que muchos comunistas viviendo en modelos liberales, han podido comprobar su eficiencia, disfrutar de las garantías de libertad, prosperar lo suficiente como para mantener cuantiosas reservas privadas en paraísos fiscales pero, inexplicablemente, mantienen una actitud negacionista y distorsionadora. Esas mismas personas trabajan constantemente para destruir esos modelos e implantar en su lugar los sistemas totalitarios que nunca funcionarán, lo saben muy bien, entonces, ¿cual es su verdadero propósito?

Una serie de economistas, activistas y agitadores comprometidos con el comunismo han ido fraguando caricaturas distorsionadas de las economías liberales y usado el término neoliberalismo para agruparlas, con la finalidad de darle eficacia propagandística a sus críticas antiliberales. Así que cuando escuche la palabra neoliberal, está frente a un agente de la propaganda comunista o frente a un incauto que no se ha dado cuenta del rol que está jugando, por no informarse lo suficiente.

La caricatura neoliberal consiste en presentar las economías de mercado como doctrinas dedicadas a la privatización de toda actividad y a toda costa y la desregulación total para permitir el desarrollo de las diversas actividades en una especie de ley de la selva.

Enumeran como componentes del neoliberalismo la liberalización del comercio, la desregulación financiera, la mantención del Estado en un tamaño mínimo junto a un gasto público también reducido.

Es cierto que la Economía Social de Mercado busca reducir el tamaño del estado pero no restarle eficiencia; su objetivo es mantener un sistema austero pero suficiente y lo mismo aplica al gasto público. La Economía Social de Mercado busca dar oportunidades a todos los que quieran emprender libremente, respetando las reglas del juego, pero no es desregulado; busca establecer regulaciones concisas, estar claramente fundamentadas y su implementación debe ser un asunto técnico y objetivo.

El ideal de organización desde la perspectiva liberal es que los sistemas operen de tal manera que no se requiera de operadores políticos.

La falacia más flagrante se refiere al “mercado financiero desregulado”, por el contrario, es un mercado sofisticado con un marco regulatorio muy tecnificado, dinámico y en constante actualización.

Estos ideólogos también crearon confusión al tergiversar la teoría del derrame (o chorreo), que consiste en que la riqueza crea más riqueza, porque aumenta el poder de consumo de la población, se elevan todos los estándares y mejora las expectativas de empleo cuando crecen las empresas o aparecen otras nuevas, la oferta de empleos crece. Es un efecto de crecimiento geométrico. Habiendo disminución de candidatos, a mejores tasas de empleo, los sueldos suben. En lugar de centrarse en esta realidad del efecto del crecimiento, han preferido crear una definición caricaturesca de la teoría del derrame basada en un supuesto aumento de la oferta logrado con menores impuestos a las personas más ricas, que estimularían la economía a través de su gasto, que llega a los más pobres; una idea absurda, con contenido emocional que sin duda produce una reacción de rechazo, pero no es cierto, el concepto está completamente fuera de su foco.

Los activistas también asignan a las economías neoliberales una supuesta intención de globalización, la que no es sostenida por las economías sociales de mercado, ya que estas buscan expandir los mercados pero no globalizar. Es buena idea profundizar en el concepto de globalización; lo haremos en otro artículo.

Los ideólogos comunistas critican también la existencia de reguladores autónomos como el Banco Central, que es la prueba más evidente de regulaciones razonables. Lo hacen porque es una pieza clave en la estabilidad de las economías liberales.

 

¿Qué es la Economía Social de Mercado, en pocas palabras?

Es un modelo político, administrativo y financiero para garantizar a las personas las libertades suficientes para participar en los procesos productivos y comerciales, favoreciendo su autogestión, su superación y procurando formalizar su funcionamiento en forma de empresas, con muchas libertades y posibilidades de creatividad pero también con regulaciones. Una de las garantías principales consiste en asegurar a las personas, o a los empresarios, la propiedad de los beneficios obtenidos por su trabajo. El modelo asume que la posibilidad de desarrollar actividades productivas es un estímulo natural para despertar la iniciativa en muchos individuos, dispuestos a asumir los riesgos y compromisos.

Reducir la pobreza es a la postre el resultado más importante, pero no se expresa de ese modo populista, sino más bien, el énfasis está puesto en la creación de riqueza. Como la Economía Social de Mercado tiende a aumentar el número de ricos, es inevitable que la riqueza se distribuya asimétricamente, simplemente porque los más exitosos tendrían una tendencia legítima a acumular más riqueza. Esta realidad irrita profundamente a los ideólogos comunistas, porque creen que la felicidad humana descansa en dos conceptos fundamentales, uno falso: la igualdad y uno utópico, la equidad. En otro momento analizaremos cómo las Economías Sociales podrían o deberían intervenir indirectamente sobre la distribución de la riqueza o sobre el fenómeno de la ventaja acumulativa.

El único parámetro que puede ser eficazmente atenuado por la igualdad es la envidia. Un sentimiento de frustración por no tener lo que otros han conseguido, sin reflexionar en cómo ha sido logrado o cómo podría cada cual realizar un esfuerzo creativo. La salida natural de la frustración de no lograr ponerse a la altura de otros en resultados económicos, podría ser resuelto filosóficamente a través de la conformidad, una introspección que reconoce las propias limitaciones pero no impide a la persona a aceptar libremente los roles en los cuales consiga una buena posición aunque tenga que acatar normas y subordinación.

Los ideólogos comunistas afirman que la corrientes definidas por ellos como neoliberales dan importancia marginal a la pobreza lo cual es completamente falso. Lo cierto es que reducir la pobreza es un objetivo tan fundamental que es visto en el eje pobreza/riqueza, asociado a niveles de desarrollo, todos inherentes a sistemas económicos que tienen esa finalidad. Los países que adoptan economías sociales de mercado reducen la pobreza de su población sin duda, mostrando una brecha cada vez mayor con respecto a los regímenes totalitarios de ideología comunista. Es cierto que en el ámbito interno existe otra brecha en niveles de riqueza que es señalada como índice de inequidad, que es la posibilidad cierta que algunas personas o empresas logren enriquecerse de manera espectacular. ¿Dónde está el problema en esa forma de inequidad? Este tema da para mucho y se confunde con argumentos relacionados con el mal llamado impuesto a los súper ricos. Intentaremos abordar el problema en otro artículo, de cómo deberían retribuir a la sociedad los multimillonarios o megaempresarios que han alcanzado sus resultados precisamente al abrigo de un modelo que favorece el crecimiento y crea estabilidad, algo perfectamente posible y en ningún caso contrario a la doctrina de la Economía Social de Mercado.

Las verdaderas conquistas sociales se consiguen cuando hay más empresas, estas se desarrollan, mejoran los empleos y se mantiene la estabilidad.

 

El neoliberalismo en realidad no existe, es un constructo propagandístico elaborado por el comunismo para confundir a la opinión pública, creando un gran saco de modelos económicos que tendrían en común su protección de la libertad, el derecho al trabajo autónomo y a la propiedad, pero a las que agregan atributos falsos, como pretender privatizarlo todo, destruir el medioambiente, crear una casta de ricos inaccesible para nuevos emprendedores, carecer de regulaciones o de sensibilidad social. Es común verles hablar de un supuesto “fracaso del modelo neoliberal” y han llenado el espacio académico con ensayos llenos de errores y confusiones con un absurdo negacionismo sobre la eficiencia de la Economía Social de Mercado para reducir la pobreza.

 

 
 

Una idea en “Diferencias entre Economía Social de Mercado y economía Neoliberal.”

  1. Viernes, 17 Enero 2025 20:43
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