La derecha nunca se autodefinió como una agrupación ni elaboró una declaración de principios, hasta ahora.
Hay principios generales que caracterizan a las personas que se autodenominan en la derecha y se parecen a la izquierda de la revolución francesa. Para entonces la izquierda pretendía establecer gobiernos democráticos y erradicar las monarquías. Quienes apoyaban a las monarquías estaban a la derecha, mientras que los revolucionarios se situaban a la izquierda. En la actualidad, cuando parecía existir un consenso tácito que valoraba principios de libertad, democracia y de identidad nacional, surgió otra izquierda, que ya no busca sostener la democracia, proteger la libertad ni la unidad nacional; ante la estupefacción de la gente común, ha logrado desarrollar un plan para establecer una nueva casta gobernante, totalitaria y lo más paradójico, aprovechando las garantías democráticas para hacerse del poder.
Esta izquierda es la que ha mantenido una constante actividad política, en todos los frentes de la vida nacional, sistemática y bien organizada, para ir ganando posiciones ideológicas, al mismo tiempo que ha desarrollado una maquinaria para lograr mayorías circunstanciales, lo que les ha permitido implantar reformas constitucionales de discutible legitimidad, que han posibilitado reescribir una carta fundamental con una representatividad anormal. Se concedió privilegios a ciertos sectores por su naturaleza étnica "originaria", violando el principio de igualdad en las narices de los demócratas, para instalar a sus agentes y agitadores transformados en "representantes" de esos grupos de personas. Esta realidad, que explica la actuación que hemos ido apreciando en los redactores de la constitución, aprobando propuestas antinacionales, muchas desprovistas de lógica, pero sobre todo, muchas de ellas con la evidente intención de implantar un modelo estatista, sin propiedad privada, con múltiples dispositivos para sostener una futura dictadura totalitaria, a través del control de una forma de educación que mas que eso es una institución de adoctrinamiento.
Los ejemplos de países que han adoptado modelos de este tipo son bien conocidos, siendo paradigmas Cuba, Venezuela y Corea del Norte. Otros que han aplicado en diversos grados los modelos comunistas son Honduras y Nicaragua. Todos ellos se caracterizan por el rechazo total y fanático a las diferencias entre las personas y un afán ilimitado de implantar igualdades artificiales. Las economías pretenden sustituir al máximo las iniciativas de privados por directivas estatales, determinando en gran medida la pobreza y los malos indicadores sociales que imperan en todos ellos. Nótese que no mencionamos a los países asiáticos, porque se han salido eclécticamente de la aversión comunista a la propiedad y en la medida que han estimulado la iniciativa privada han ido reduciendo la pobreza y mejorando múltiples índices de desarrollo y calidad de vida. Es bastante curioso constatar que esos países han llevado una agenda muy similar a la de Pinochet en Chile, implantando una economía de mercado desde un despotismo ilustrado, pero con una cantidad muchísimo mayor de muertos y víctimas de DDHH en los países asiáticos.
La derecha chilena no es auto-denominada, quien la definía hasta ahora era la izquierda. La organización que mantiene este escenario es el partido comunista y sus múltiples filiales internacionales, con una estrategia muy reconocible y una agenda político ideológica constante.
Entre otros éxitos, han logrado el control de los medios de comunicación casi sin contrapeso y desde ahí, han logrado manipular la agenda periodística y de medios sociales. Así imponen etiquetas de centro, centro derecha, derecha o ultraderecha de acuerdo a su conveniencia propagandística.
Le sugerimos darse a la tarea de analizar qué es lo que caracteriza o define a un derechista, centrista o izquierdista y tal vez se lleve una sorpresa; tal vez descubrirá que es en realidad más derechista que otra cosa, que los autodefinidos de "centro" son también más derechistas que otra cosa, y puede que en ellos haya desconfianza hacia los supuestos "representantes" de la derecha pero no verdaderas diferencias en los principios fundamentales. Otra conclusión que le podría causar perplejidad, será cuando compruebe que los socialistas son en realidad derechistas, en la medida que en el socialismo el estado regula la convivencia del sector privado del país a diferencia del comunismo, en que el estado monopoliza el control de la producción. Las propiedades pueden ser públicas o privadas en los modelos socialistas, mientras que en el comunismo no se transa la pretensión de eliminar totalmente la propiedad privada. El socialismo acepta la convivencia entre clases sociales y las diferencias entre los individuos, mientras que el comunismo considera que una de sus metas principales es lograr la igualdad a toda costa.
Al actual "derechista" le había dejado de interesar la política, porque su aspiración era contar con un cierto orden, con reglas claras para decidir sus propios emprendimientos y eso parecía estar funcionando aceptablemente bien. Parecía que una mayoría de los ciudadanos valoraba una fórmula mejorada de capitalismo, que estaba dando algunos resultados, había reducido la pobreza como nunca antes, e incluso había creado nuevas expectativas para una mayoría de las personas. Con toda lógica, la superación abre nuevos horizontes y nuevas motivaciones.
La fórmula consistía en una economía de mercado con reducción en las barreras de acceso a la formación de empresas, con regulaciones en diversos aspectos claves como la protección de la competencia y, gradualmente, se estaban perfeccionando mecanismos de transparencia, protección al medio ambiente, equilibrios en la relación entre empleadores y trabajadores y una gran cantidad de otras adecuaciones. Estas personas, dedicadas ciento por ciento a sus quehaceres, no pensaban que alguien pudiera pretender quebrar un sistema que estaba siendo señalado como ejemplar, internacionalmente. Tampoco sentían la necesidad de ocuparse de asuntos políticos, ya que suponían que las autoridades y representantes que habían elegido, tenían claras cuáles eran sus tareas, no solo en la defensa de las libertades y de la propiedad, también el el diseño de las soluciones de los problemas sociales, previsión, salud, administración de justicia, educación, fomento a la investigación, etc.. Pero es aquí cuando se produce la necesidad de salir del área de confort, cuando se da cuenta que sus "representantes" supuestamente de derecha, no los representan. Atónitos, les ven tomar decisiones en contra de los principios fundamentales, cayendo en sucesivos errores y trampas hábilmente instaladas desde el comunismo, que explican en gran medida la extraña situación política actual.
El derechista necesita definirse, declarar sus principios, abrirse a la comparación doctrinaria, establecer una identidad que le permita sostener grupos organizados de personas dispuestas a desarrollar ideas liberales y a fundamentar con lógica y evidencia, cuáles debieran ser los objetivos nacionales y las vías para conseguirlos, sin caer en los modelos totalitarios.
Este es el objetivo de de esta categoría de artículos "La derecha política se autodefine". Esperamos ir agregando subartículos hasta conseguir formular una declaración de principios.
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